Fue un balón parado. El centro se fue, quizá, un poco pasado. Llegó Kun, Álvaro Sanz, que llegó justito para que no saliera por la línea de fondo. Yo ya estaba dentro del área para intentar recibir el primer balón. Me quedé allí esperando a ver si Kun conseguía volverla y me la puso exquisita a la cabeza y solo tuve que tocarla. Y, vaya, fue para adentro.
En ese momento supuso un alegrón muy fuerte para todo el equipo porque empezó el partido bastante pronto en nuestra contra, recibiendo un gol. Habíamos conseguido empatar antes del descanso y eso suponía el dos a uno. Lo malo es que no lo pudimos aguatar hasta el final y nos empataron otra vez.
Quedan pocos encuentros. Todos nos jugamos cosas y aprietan todos un montón, tanto los de arriba como los de abajo. Esta va a ser la tónica hasta el final.
Nosotros partimos con una ligera ventaja en cuanto a puntos, así que nos tenemos que agarrar a ello.